La expresión “Fair Play” (juego limpio), significa
todo cuanto las personas deberían tener en cuenta en su vida de relación:
amabilidad, justicia, imparcialidad y honradez
G. Oheim, en un artículo publicado en la revista Coaching dice: El concepto de fair play, que proviene del
mundo del deporte, es uno de los más hermosos que rigen las relaciones humanas.
El tenista estadounidense Jim Courier, definía así lo que para él era la
deportividad: “Cuando un tipo entra en
la cancha o sale de la cancha y nadie puede decir si ganó o perdió”.
Estos días he recordado una noticia que llamó mi atención en su día y cuyo titular proclama: Un
insólito ejemplo de juego limpio en la Copa del Mundo de Ajedrez, en la que el
checo David Navara y el ucraniano Alexander Moiseenko dieron una lección a
todos.
En la tercera ronda de la copa del mundo de 2011, Navara ofreció
tablas a su rival en una posición totalmente ganada ¿Un despiste monumental?
No, el checo devolvía un gesto deportivo anterior en la partida. Jugadas antes, Navara había tocado
accidentalmente su rey, siendo su intención muy clara mover un alfil amenazado.
Moiseenko le eximió de la obligación de moverlo, tal y como marca el reglamento
(pieza tocada, pieza movida), que habría desembocado en la pérdida de pieza “limpia”
y finalizado en derrota casi inevitable. La partida prosiguió desembocando en
un final de dama contra torre. Una vez Navara tenía posición de mate
inevitable, inesperadamente, propuso tablas a su adversario, considerando que
no debía ganar ese encuentro por lo que había pasado antes. Un maravilloso
ejemplo de caballerosidad. La partida duro más de cien movimientos y no era
intrascendente, suponía el paso a la siguiente ronda y una diferencia de
premios, como mínimo de 7.000€. Cuando tras finalizar la partida le preguntaron
a David Navara el motivo de su gesto dijo: “Yo no quiero ser tratado como un jugador
sin ética que acude al juego sucio para ganar”.
Esta historia llegó a oídos de la gobernadora de
Khanty-Mansiysk, la Sra. Natalia Komarova, quien al hacerse eco de esta situación
decidió establecer un premio especial al juego limpio y honesto.
Mientras releía esta historia me vino a la cabeza unos aforismos
que Baltasar Gracián recoge en su libro “El arte de la Prudencia”, que me
gustaría compartir con vosotros:
“El prudente puede estar obligado a luchar, pero no con juego
sucio: cada uno debe actuar como quien es y no como le obligan. En la
competición es plausible la galantería: se debe pelear no sólo para vencer con
el poder, sino también con la decencia. Vencer con ruindad no es victoria, sino
sólo rendimiento (y del malo). La generosidad siempre fue superior. El hombre
de bien nunca utiliza armas prohibidas, no antepone el resultado a valores como
el compañerismo, la amistad, o el respeto al rival, ni tampoco traiciona la
confianza”.
Querer ganar es lícito y plausible, pero hacerlo a cualquier
precio NO.
Ojalá el
comportamiento de estos jugadores sea la norma general de comportamiento en el
futuro, y no la excepción.
Saludos
¡Vaya! ¡Vaya! Solo con el primer párrafo de esta entrada, dos renglones, ya se dice lo que otros están queriendo decir con muchos folios escritos: Está corriendo por la red el CÓDIGO ÉTICO para ser incluido en las bases de todos los torneos que se disputen en Andalucía.
ResponderEliminar“Fair Play” (juego limpio), todo cuanto las personas deberían tener en cuenta en su vida de relación: amabilidad, justicia, imparcialidad y honradez.
Difícil tarea. No utópica. Pero es que las personas somos tan… curiosas: Tan distintas unas de otras…
Hasta una “mala persona”, puede llegar a ser el “mejor hijo del mundo” para su madre. Y una “buena persona”, puede ser “la reencarnación del demonio” para aquellos que se consideren sus enemigos.
Así que, una vez más, quizás en el “justo medio” se encuentre la virtud, la amabilidad, la justicia, la imparcialidad, la honradez…
El gesto que, el amigo Pepe nos pone a modo de ejemplo, del jugador David Navara en su partida ante Alexander Moiseenko no es muy nornal… desgraciadamente; y, en cambio, estamos hartos de ver gestos no deseables… también dentro del mundo del ajedrez. Pero el ajedrez no es el culpable de estas feas maneras que apuntan a veces algunos ajedrecistas o algunos mirones (a veces padres de jugadores de corta edad)
El ajedrez fue, es y será un juego de caballeros; y los ajedrecistas los máximos interesados en que sea así… Pero debemos ayudar con el ejemplo ¡Claro está!
Aparte de las interesantes consideraciones que hace Pepe sobre el juego limpio, llamo vuestra atención sobre su referencia a la PRUDENCIA, virtud que creo puede ayudar mucho en la vida y cuya falta en ocasiones crea problemas que podrían evitarse.
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