jueves, 17 de abril de 2014

José Carlos del Arco

Si hay en Huelva un gran amante de la belleza del ajedrez, ese es José Carlos Del Arco, que actualmente juega en este gran Club que es La Merced. Aprendió a jugar relativamente tarde, a los 16 años, pero su gran pasión por el ajedrez le permitió progresar con rapidez. Eminentemente autodidacta, empezó con su primer libro, "De la apertura al final", del gran maestro norteamericano Mednis, de la desaparecida colección Escaques. Después ha tenido el acierto de dirigirse a libros extraordinarios: "El ajedrez de torneo", de Bronstein, dedicado al histórico torneo de Zurich de 1953, y los tres tomos de partidas selectas de Botvinnik.

La primera ver que jugué con él, ¿me atreveré a confesarlo?, pensé que iba a ganar fácilmente: yo era ya un jugador experimentado, aun teniendo sólo 18 años (una partida rápida a 5 minutos), y él tenía 16. Pues bien, a pesar de la aparente diferencia de nivel (la inmadurez de la adolescencia me hacía creerme el rey del mambo), resultó que José Carlos concluyó la partida con un brillante sacrificio de Dama para darme mate en 3 jugadas. Pensé: este chico es talentoso. Con el tiempo me di cuenta de uno de los rasgos que caracterizan el ajedrez de José Carlos: la pasión por las combinaciones. Con los años, a medida que fue mejorando, destacó, sobre todo, por un notable juego de ataque. He jugado con él miles de partidas en el "Hermanos Correa", y me ha mostrado grandes combinaciones y sacrificios basados en concepciones de ataque realmente grandiosas.

Ha sido dos veces campeón absoluto de Huelva, en 1995 y en 1999. Fue subcampeón en 1997. Varias veces ha sido campeón universitario de Huelva. He visto a más de un maestro internacional incapaz de rechazar sus terribles ataques, y sucumbir estrepitosamente, como el maestro internacional portugués Rocha en un torneo en Moguer.

Admira, sobre todo, a Tal, Ivanchuk y Alekhine; el juego de este último, basado en combinaciones desorbitantes, ha sido una inspiración para José Carlos. También le gusta Petrosian, pues José Carlos también tiene un gran dominio del juego puramente estratégico.

Es una persona muy inteligente. Es ingeniero informático, y ha trabajado en el mundo de las nuevas tecnologías. Actualmente se dedica a las redes sociales, introduciendo conceptos innovadores en ese ámbito. Como persona comprometida que es, también hace activismo político. Es muy activo en las redes sociales, sobre todo en Facebook. Con frecuencia lanza inteligentes preguntas para suscitar interesantes debates (algunos de ellos, en los que he intervenido, han durado varios días, y son debates grandiosos, como sus combinaciones ajedrecísticas). Y si hay un rasgo que define a José Carlos, ése es, en mi opinión, la tolerancia y el respeto a otros puntos de vista. Afirma que la realidad es poliédrica, por eso huye de fanatismos y de posicionamientos ideológicos fijos. Se mantiene independiente, actitud que admiro en él. Por eso José Carlos sabe escuchar y empatizar con otras visiones, a veces prefiere observar a dar su punto de vista. Es una gran persona que raras veces se enfada, y estoy seguro de que cae bien a todo el mundo.

Cuando le conocí, era muy simpático (aun lo sigue siendo), y también era tímido., pero tiene una gran capacidad de auto-superación; hoy da charlas y cursos dirigiéndose a grandes auditorios, incluso en espacios universitarios.





6 comentarios:

  1. Enrique, muchas gracias por esta magnífica semblanza. Recuerdo nuestra primera partida, mis dos torres en las columnas D y E, mi dama captura tu torre de f8....y mate en dos jugadas ante mi asombro. No me lo podía creer, había ganado una rápida al crack, aunque después te tomaste cumplida revancha. Busco la belleza en el tablero teniendo en cuenta mi nivel de aficionado y curiosamente no tengo miedo, en multitud de ocasiones le he dado mas importancia a lo estético que al resultado.

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  2. No hay de qué, José Carlos, ha sido un placer escribir esta semblanza sobre ti.

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  3. El gusto y esfuerzo de José Carlos en las posiciones al borde del abismo, de las combinaciones casi imposibles, creo que son bien conocidos por la mayoría de nosotros, especialmente los que llevamos en la arena ajedrecística onubense varias décadas. Recuerdo una partida temática que jugué con él en 1985 ó 1986, en el Provincial Individual (en aquella época recordarán los menos jóvenes que se jugaba con controles intermedios de tiempo y aplazamientos, lo que ahora puede sonar raro), con una Defensa India de Rey que José Carlos manejó con maestría, refutando mis líneas de ataque, lo que le condujo a una merecida y bonita victoria.

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  4. La aportación de José Carlos al ajedrez onubense y a nuestro club no se limita a los aspectos de técnica ajedrecística, sino que se concreta también en la gestión del club, comprometido en la directiva del club y aportando, gracias a su amplísima formación intelectual, organizativa y profesional, tanto en el diseño y mantenimiento de este blog, como en otros aspectos de la gestión del club.

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  5. ¡Vaya, Enrique! Te has lucido: Tus dotes de escritor han quedado más que bien reflejados, una vez más, en esta “semblanza” que has hecho del amigo José Carlos… Y, además, no has podido definirlo de mejor manera: En lo que yo sé y conozco (Ya sabéis que mi entrada en el mundillo del ajedrez onubense ha sido posterior a la de la mayoría de vosotros), José Carlos ha quedado perfectamente retratado…

    No obstante, “no es que caiga bien a todo el mundo”, como afirmas, sino que “todo el mundo es amigo de José Carlos”… Por algo será.

    Enhorabuena, Enrique, por la entrada. Y felicidades a José Carlos por ser como eres… y por tener tantos y tan buenos amigos… Aunque, si sopesamos, quizá haya más amigas que amigos entre tu círculo de amistades. ¿O no?

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  6. Vamos a ver, Leonardo, no me irás a decir ahora que eres de los "jovencitos que llevan poco tiempo en el ajedrez y en el club". Que otros como José Carlos, Enrique, Antonio, José María o yo, por citar sólo a algunos, llevamos más que tú, y hay que contar nuestra antigüedad no en años, ni en lustros, sino en décadas, pues es verdad, pero tú ya llevas algunos lustros, eh!

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