Nadie se anima. Venga, bah, gana 1. e4+. P. eje. 1... Rd4. 2. Cd8, y es fácil ver que la torre sólo tiene una jugada que resiste: 2... Tb5. Sigue 3. Cb7, Rxe4. 4. a6, Tb6. 5. a7, Ta6. 6. Cxc5+, y kaput.
Lo que son extraordinarias, Enrique, son tus respuestas y enseñanzas: Efectivamente, el ejemplo sirve para demostrar a los niños lo importante que es la posición de una pieza, por encima de su valor, en ocasiones. Que según la posición en que se encuentren, su valor inicial aumente o disminuya... Pues, en los comienzos, es muy difícil hacer comprender a los pequeajedrecistas que el valor de las piezas es algo relativo y que va cambiando a lo largo de la partida. Gracias por tu comentario, Enrique.
Está chupado, sí, que otro ponga la solución, jejeje
ResponderEliminarNadie se anima. Venga, bah, gana 1. e4+. P. eje. 1... Rd4. 2. Cd8, y es fácil ver que la torre sólo tiene una jugada que resiste: 2... Tb5. Sigue 3. Cb7, Rxe4. 4. a6, Tb6. 5. a7, Ta6. 6. Cxc5+, y kaput.
ResponderEliminarUn ejemplo elocuente, Leonardo, de superioridad del caballo sobre la torre. ¡Extraordinario!
ResponderEliminarLo que son extraordinarias, Enrique, son tus respuestas y enseñanzas: Efectivamente, el ejemplo sirve para demostrar a los niños lo importante que es la posición de una pieza, por encima de su valor, en ocasiones. Que según la posición en que se encuentren, su valor inicial aumente o disminuya... Pues, en los comienzos, es muy difícil hacer comprender a los pequeajedrecistas que el valor de las piezas es algo relativo y que va cambiando a lo largo de la partida.
EliminarGracias por tu comentario, Enrique.