lunes, 2 de julio de 2012

El Hilo no decae


Iba a hacer un comentario al señor José Manuel Gómez, padre de Raquel, pero me temo que no vuelva a caberme, así que, si no os importa, escribo de nuevo por aquí, pues probablemente me extienda un poco más de la cuenta.

Te agradezco, José Manuel, el tono tan tolerante que muestras en tus opiniones. Además, me resulta tan interesante lo que expresas, aun sin compartirlo, que no me resisto a "seguir con el hilo del debate". Dices algo que sí comparto plenamente: las utopías no sirven para nada. "Ha llevado a la infelicidad", afirmas. Es cierto. El mayo francés del 68 fue una utopía, el movimiento hippy, quizá el 15-M, etc. De nada sirve vivir de utopías, respirar gas lacrimógeno, ponerse muy romántico al respecto, etc. Pero personalmente no creo haber estado hablando de utopías, ni siquiera de ideales, sino de realidades. Una utopía sería pretender cambiar el mundo. Menudo asno sería yo si pretendiese semejante cosa. Uno sólo puede pretender cambiarse a sí mismo. Por eso no escribo estos artículos con la intención de influir en nadie, menos aun a quien todo esto no interese. Cada cual tiene absoluta libertad para vivir su vida como buenamente desee. Y yo, que también soy libre, escribo desde esa libertad. Si lo que escribo es compartido por algunas personas, y me consta que sí, pues estupendo. Y si no es compartido por otras, como es así en tu caso y en el caso de muchas otras personas, pues igual de estupendo, perfecto. De estas cosas suelo escribir en otros foros, pero un día me atreví a hacerlo aquí, pensando que la cosa a nadie iba a interesar. Mi sorpresa ha sido grande al constatar que no ha sido así, que no hace falta irse a un foro orientalista para expresar estos puntos de vista.

Hasta ahora, el señor "Maginfante" es una prueba perfecta de ello y, que yo sepa, no es budista, ni ha estado en la India, etc. Además, si buscamos en la historia del ajedrez, podemos encontrar algunos, aunque muy pocos ajedrecistas (apresurémonos a admitirlo), que han pretendido vivenciar esas "otras visiones del ajedrez", como dijo en una ocasión nuestro amigo Leonardo. Por ejemplo, David Bronstein. Otros grandes ajedrecistas han destacado igualmente por sus cualidades como artistas y no como competidores: Keres, Vidmar, Schlechter, Yudasin; muchos otros han estado "en el filo de la navaja", buscando un equilibro interno que quizá no llegaron a alcanzar. Algunos, por desgracia, sucumbieron en el intento: por ejemplo, Morphy, Steinitz y Rubinstein. La gran mayoría, es cierto, sólo han luchado por  metas deportivas. Sería absurdo mencionarles aquí, este escrito se haría interminable.

Cuando hablo de una forma de vivir el ajedrez, y la vida en general, no se trata de una utopía, sino que hablo de algo que, para mí, es una realidad. Esa realidad es lo que dejo entrever, sólo entrever, en estos artículos o comentarios, pues no deseo hacer aquí ningún "streaptis" psicológico o emocional, me lo reservo para mis amigos íntimos y mi pareja, o para todo aquel que esté seriamente interesado en esto. Y si uno no está interesado, pues perfecto, tengo grandes amigos a quienes la cosa no interesa. Sé también que cuando uno explica estas cosas con tiempo suficiente a personas que quieren escuchar porque les interesa profundamente, lo que parecía una utopía ("¿de qué diablos está hablando éste?") quizá se descubra (quizá) que se trata de algo muy práctico, quizá vea que "lo otro" es lo que no es práctico. Sólo lo dejo indicado, no deseo meterme en un berenjenal.

"El ajedrez es lo que más nos puede ayudar en este proceso de crecimiento personal", afirma nuestro compañero José Manuel. No, mi punto de vista es que el yoga es mucho mejor, pero como esto es un blog de ajedrez, no lo olvido, no hablaré de yoga ni de Krishnamurti, por ejemplo, aunque cuando estas cosas se aplican al ajedrez con inteligencia, porque se han comprendido, funcionan, pero sólo dependiendo de lo que uno andase buscando. No, esto no son utopías. Eso sí, hay cosas que son incompatibles. Dependiendo de la meta, así será el camino que uno emprenda.

Conocerse a sí mismo, que es algo muy complejo, es algo factual. En ese sentido, cuando uno juega al ajedrez, puede conocer mucho de sí mismo, jugando al ajedrez podemos aprender mucho de nosotros mismos, si es que a uno le interesa conocerse. Goethe dijo que el ajedrez es una implacable piedra de toque de la naturaleza humana, más segura y menos corruptible que todas las ciencias del carácter.
Lo que "Maginfante" (espero ponerle nombre pronto) pretende hacer con sus futuros alumnos, será una realidad. Él así lo quiere, y porque quiere, podrá. Estoy seguro de ello.

El ajedrez está ahí. Que cada cual lo viva como desee, que se exprese con absoluta libertad y, así, nos respetamos unos a otros. Este blog es una prueba de ello.

15 comentarios:

  1. Aunque parezca que algunas veces mis opiniones son opuestas a las de Enrique, algo en común debe de haber cuando pone de ejemplo a mi ajedrecísta favorito, preferido y admirado. Hasta el punto de ser el que más ha influido en mi gusto por ajedrez (desgraciadamente, no en el ajedrez que pratico) con libros que devoré en repetidas ocasiones y que he procurado prestar a mis amigos. Hablo de Bronstein, ese señor calvo que mis niños ven con un tablero en el fondo de pantalla de mi portátil y de libros como "El ajedrez de torneo", "200 partidas abiertas" y "El aprendiz de brujo", que son tan interesantes por sus partidas (arte, imaginación, fantasía) como por sus apreciaciones sobre el ajedrez y la vida. Con esto no digo que sea perfecto ni sus opiniones indiscutibles, pero lo recomiendo a todos los que se acercan al mundo del ajedrez. Y creo que tanto a Enrique como a mí nos gustaría dedicar alguna entrada en el blog a su figura.

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  2. Amigo Diego: me has leído el pensamiento.

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  3. Estimado Enrique: En efecto, ni soy budista ni, aun, he estado en la India. Mi filosofía de vida parte de mi mismo, de mis vivencias, mis errores y mis aciertos. No negaré que leí algo sobre RELIGIÓN lo que me ha llevado a conocer algunos principios básicos por los que debiera regirse el ser humano. Mi profesión me ha llevado a conocer a cientos de personas y miles de situaciones conflictivas que había que resolver. Soy, por mi profesión, quien tiene darle respuesta a esos conflictos y hay que hacerlo desde el respeto profundo. Como bien dices, cada cual puede tener sus opiniones y seguirnos o no en nuestras apreciaciones pero, lo más importante es la LIBERTAD de actuar cada cual con su conciencia. Pero, por favor, que no nos falte nunca ni la libertad ni, sobre todo, la CONCIENCIA. En lo que al Ajedrez toca debemos actuar, cada cual, con nuestras inquietudes, nuestros deseos, nuestras metas, nuestras motivaciones. Creo que todas, sea cuales sean, pueden ser muy válidas para acercarnos y mantenernos en el Ajedrez. Los chicos debe aprender a amar el JUEGO. Más adelante, si ellos lo desean, podrán profundizar en su estudio y tratar de amar la COMPETICIÓN. Desde su libertad y su conciencia deben poder elegir si prefieren el juego, la competición o ambos según el momento. Nosotros, desde nuestra labor de Padres, Monitores, Miembros de un Club de Ajedrez nos debemos limitar a enseñarles el camino y ofrecerles las herramientas para ayudarles en su libre decisión.
    NOTA: GRACIAS por confiar en que mi proyecto saldrá adelante. Yo estaba seguro pero es bueno conocer que otros también lo creen así. Abrazos para todos.
    NOTA II: Querido amigo Diego. A ver si me pasas los libros que recomiendas que está la cosa muy mal para andar gastando dinerito en libros.

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  4. Es cierto. Ya tendrán tiempo los niños, cuando sean mayores, de hacer con el ajedrez lo que ellos quieran pero, al menos, no les inculquemos, desde el principio mismo, el impulso a ganar como la razón de ser de todo. Así habrá pocos padres histéricos y envidiosos, y pocos monitores chillones (es una utopía pensar que todos dejarán de hacerlo). ¿No habéis visto "En busca de Bobby Fischer"? Esos padres en las salas de los torneos, que parecían estar en la sala de espera de un quirófano. Afirmo que padres así (al igual que los monitores) apenas saben nada de nuestro juego. Quizá es posible que el ajedrez les importe un bledo. Por fortuna, creo que muy pocos padres son así. Sí, son poquísimos. Menos mal que no conozco a ninguno, pues no he acudido nunca a un torneo infantil. Enseñémosles a los niños las bellezas y secretos del ajedrez, y ya tendrán tiempo, ellos mismos, de vivir el ajedrez según su propio temperamento, sus reflexiones, etc. No les impongamos a los niños toda nuestra carga psicológica, eso no es educar. Desde mi punto de vista, ello sería deseable.

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  5. Si vosotros conocéis a algún padre o monitor que sea así (envidioso, histérico y chillón), traedmelo y le diré personalmente, con respeto pero directamente, qué pienso de sus comportamientos.

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  6. Todo eso está muy bien Enrique, ya sabes que lo comparto pero, ... ¿por qué no te pasas algún día por un torneo de menores y observas con tus propios ojos lo que estamos reflejando?. Eso sí, tiene que ser torneos de "élite". Los locales no sirven que ahí los "mayores" están más relajados aunque, a veces, algo se vislumbra.

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  7. Enrique, se nota que no has asistido a torneos infantiles, si lo hubieras hecho, tendrías una lista de espera de padres y monitores con los que hablar,tan grande casi con la del sas.
    Me gustaría que algún día te pasaras por el club y charlara con los niños/as del club, así como con los padres.
    Sería interesante unas jornadas donde padres, alumnos, monitores, jugadores,... expresaran sus opiniones. ¿Qué te parece?
    ¿Lo hacemos?, nosotros podeeemos.

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  8. De acuerdo, me comprometo a visitar un torneo de menores "de élite" y ver, por mí mismo, lo que ocurre. De todas formas, algo anda mal aquí si resulta que los monitores actualmente en activo no se han ocupado ya de estas cosas, ni los "pedagogos" que forman a esos monitores.

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  9. Ocurre que en algunas ocasiones he hablado con algunos de estos padres, y TODOS ELLOS me niegan estas cosas. Me dicen: "no, si mi hijo juega porque le gusta, yo siempre le digo que lo importante es participar, nada más". Sé de sobra que no es así, no son sinceros. De todas formas, se volverá a intentar.

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  10. No caigamos en utopías: no vamos a cambiar a los padres, eso no lo veo posible (aunque no tengo problema alguno en hablar con quien haya que hablar) pero creo que, al menos, los monitores sí, ellos sí podrían cambiar, "deben" hacerlo, me atrevo a decir. Con que uno sólo de ellos encarne una visión distinta, aun siendo un oásis en medio del desierto, ya sería un éxito. Igual me animo y, al igual que el señor "Maginfante", me busco un grupo para dar clases, lo pensaré. Después veremos a ver si me dejan. Nunca me interesó dar clases, aunque lo hice una vez hace 18 años, pues yo mismo siempre he sido un autodidacta del ajedrez, y además, como habréis podido intuir, el aspecto competitivo del ajedrez me importa un pimiento, y sé que los padres (no todos, seamos justos), apuntan a sus hijos a las clases en busca de resultados.

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  11. Sería todo un acierto, más monitores, más punto de vista diferentes, más diversificación en los enfoques del ajedrez,... Más aprendizajes para los alumnos,... un club super completo. !Que bien¡
    Anímate, tienes mucho que aportar.

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  12. Ea, objetivo cumplido. Enrique Biedma se acaba de comprometer con coger un grupo de chavales para transmitirle sus conocimientos. Si alguien pensaba que este año, la nueva Directiva, no iba a encontrar monitores se equivocaba. Acabamos de hacer un expléndido fichaje. Bienvenido al Staff técnico del Club. Lo comentaré con nuestro recien nombrado Presidente para que perfile los contratos. Necesitamos muchos como tu.

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  13. Me vais a perdonar por no estar interviniendo en estos interesantísimos debates, pero es que ando alejado del Internette al encontrarme ya en El Portil de vacaciones... o lo intento, con ligeras escapadas a Huelva (Como la de ahora) y donde descubro que los temas en cuestión siguen caliente (El hilo no decae), y encuentro a padres que desean participar y me mandan sus comentarios para que sea yo quien los coloque aquí, ya que ellos tienen problemillas para hacerlo.

    Lo que sigue es un nuevo comentario de JOSÉ MANUEL GÓMEZ:

    He escrito antes, otro comentario, sobre una línea del ajedrez , era según mi entender la competitividad y los resultados, intente dejar patente mi opinión, los resultados son muy importantes, una partida ganada es importante, claro que lo es, creo a mi juicio que el problema esta en saber expresar contra lo que se ha ganado, como se ha dicho otras veces en una partida de ajedrez, se juega y se superan trampas, obstáculos y celadas del rival, si consigues superarlos has vencido, de lo contrario has perdido, la pregunta que dejo en el aire, porque no me voy a alegrar de conseguirlo, o mejor porque mi rival se tiene que sentir humillado por haber perdido. Es que no es un juego leal donde se parte con la misma ventaja, porque se cree que estamos que estamos nerviosos los padres, porque se gana o se pierda, o sea por machacar al contrario, puedo estar nervioso por la consecución de metas, objetivos trofeos si y por no, si es conseguir metas, superar obstáculos, por el esfuerzo que eso he llevado pero sin que para ello los rivales que he vencido en ese camino se tengan que sentir mal o menospreciados. O no recordáis cuando estábamos a punto de hacer exámenes de los importantes, de los que nos jugamos algo, había o no había nervios. Para mi es exactamente lo mismo.

    Si hay que ser sinceros, seámoslo todos, quien no es alegra cuando gana y se enfada, entristece o como lo queráis llamar si pierde. No vale el que sea capaz de disimularlo, la procesión va por dentro y creo que no somos tan diferentes. En resumen si no se magnifican las victorias nadie magnificara las derrotas, porque para cualquier ajedrecista se aprende tanto más de la derrota que de la victoria, y esto tampoco es ninguna frase hecha, es la vida misma. Competitividad si toda la que sea uno capaz, rivalidad ninguna.

    Hay otra cosa en la que tampoco estoy de acuerdo, para llegar a un punto concreto del camino de la vida hay siempre hay varios caminos, no es de recibo pensar que mi camino es el único para llegar a ese punto, solo quizás sea uno de ellos, puede que para mi sea el mas fácil pero no el único. Aclaro si Enrique quiere coger y dar clases a un grupo perfecto creo que es lo que debe de hacer, sus enseñanzas serán de gran utilidad, pero frases como LOS MONITORES SI PODRIAN CAMBIAR, no me parece acertada, implica pensar que yo estoy posesión de la verdad y no creo que se pretenda eso. Como dije al principio hay más de un camino para llegar al objetivo. Aquí lo que hay que tener claro es cual es dicho objetivo, cada persona es diferente y lo que yo consigo riendo otro lo hace llorando. Por favor que nadie critique lo que busca el otro en el ajedrez cada jugador me parece que puede tener su propia meta, compartida o no por los demás, pero y mi libertad personal, sin fastidiar a nadie, no debe ser respetada.

    Solo y para terminar me alegra de que la pagina del club sirva para más cosas, entre otras para que cada uno ofrezca puntos de vista diferentes aunque entiendo que con el mismo objetivo. Al final se termina hablando de vivencias y de como cada cual las aplica en su vida, porque nada de esto tiene sentido si después de todo solo fueran teoría y no tuviera una parte práctica.

    Fdo. JOSÉ MANUEL GÓMEZ.

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  14. Respecto a al incorporación de Enrique a las clases, me parece una muy buena noticia. Habrá que ver cómo y a quienes, pero esa no será una labor mía. Sí quiero desvelar que hace meses, tras el andaluz, hablamos el ahora nuevo presí y yo de la necesidad de impartir unas clases específicas de finales a nuestros alumnos, campo en el que tienen su mayor carencia, y le sugerí que podíamos proponérsela a Enrique. Se podrían impartir regularmente (semanal o quincenalmente) o en seminarios concentrados en el tiempo. Pero es una opción entre otras posibles y la nueva junta debe decidir cuales son sus prioridades y Enrique pensar que es lo que le apetece hacer. Si finalmente llegara a dar clases a un grupo de niños, además de mi agradecimiento le diría que acumulara dosis importantes de paciencia, que no partiera con unas expectativas demasiado altas y que se lo planteara como una prueba para saber si esa actividad, que es muy difícil, le resulta afín a su personalidad, le resulta gratificante o por el contrario se le acaba convirtiendo en una pesada carga, como le sucede a muchas personas, sin que ello implique desacreditación ninguna. Lo que está claro es que le sobra inteligencia (de todos los tipos) para poder llevar a cabo la tarea. Una posiblidad a valorar y quizá pueda ser un primer paso antes de un grupo regular puede ser incorporarse al plan entrenador.

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  15. Por cierto, José Manuel, yo voy a estar en Huelva unas semanas más, así que si quieres enviarme a mí tus opiniones, yo las publicaré. A mi correo, que creo que tienes, o al del club, que aparece en este blog. Ofrecimiento extensible a quien le interese y tenga dificultades para comentar(o no quiera usar gmail).

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